EL SABOR DEL ÉXITO – ‘COMO AGUA PARA CHOCOLATE’, de Alfonso Arau

COMO AGUA PARA CHOCOLATE (1992) de Alfonso Arau

(Publicada originalmente en El Cinéfilo, 29 de julio de 2012)

Como agua para chocolate ha significado un fenómeno muy interesante dentro de la cultura mexicana contemporánea. La primera novela de Laura Esquivel obtuvo muy buenas críticas y un gran éxito de ventas, causando un auténtico furor. Calificada como ejemplo paradigmático del realismo mágico, la novela logró traspasar los límites de la mera curiosidad y colocarse como el libro de ficción más vendido en México en los últimos veinte años. De esta manera llegó Como agua para chocolate, en versión de largometraje.

Historia de amor y buena comida ubicada en el México fronterizo de principios de siglo XX. En medio de los olores y sabores de la cocina tradicional mexicana, una joven sufrirá largos años el egoísmo retencionista de una madre, por un amor que perdurará más allá del tiempo. Su paso al cine fue producto de la buena suerte y de la inteligencia de Alfonso Arau para transponer una novela a la pantalla. El autor, actor y director mexicano, muy popular a principios de los setenta, se interesó inmediatamente en producir un filme basado en la novela de Esquivel, su mujer en la vida real.

Sucede que, en los últimos años, el realizador no era muy popular en México, pues su carrera la había continuado en Hollywood como guionista y productor, un ámbito acostumbrado a este tipo de historias que el filme relata, terreno al que regresó en posteriores ocasiones con Un paseo por las nubes y Cachitos picantes (Picking up the pieces). Realizado con un presupuesto mucho mayor que el común para el cine mexicano, con técnicas cinematográficas hollywoodeinses que Arau puso en práctica y con un gran sentido comercial, el filme marcó un quiebre para la industria mexicana moderna.

El resultado es una película fiel a la novela original, excelentemente producido y mejor aún comercializado. Los diez Arieles -máximo galardón local- otorgados a esta producción y el éxito internacional de la misma, comprueban que Arau sabía muy bien lo que estaba haciendo. Arau conjuga un éxito económico con un éxito a nivel artístico. Una buena historia es la clave principal para un buen filme y este largometraje sin dudas lo posee.

Indiscutiblemente, el filme cuenta con sólidos valores estéticos, pero su relato es la clave del éxito. El cine es un arte audiovisual que narra historias y espera contar con personajes interesantes que viven un conflicto que mantenga la atención del espectador y posea una amplia llegada. La película también cumple con este cometido. Empresa nada sencilla si se tiene en cuenta que, en el último cuarto de siglo, el cine mexicano se ha debatido en dos polos desgraciadamente opuestos: el cine comercial -artificial, barato y vulgar- y el cine de arte -pretencioso, críptico y complejo-.

Los cineastas mexicanos modernos y de gran calidad han insistido en contar historias que el espectador del nuevo siglo ha sabido, por fin, comprender, aprehender y atender. Como agua para chocolate haya sido quizás la llave maestra que encontró el hilo conductor del cine de éxito que inicia una nueva camada de autores y deposita a las tierras aztecas a la puertas de un nuevo resurgir.

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