XXXI MOSTRA DE VALENCIA (3/3)

LITTLE BIG SOLDIER, LA APOTEOSIS DE UN FESTIVAL SIN ALMA

por Rober Comix

El pasado sábado tuvo lugar la clausura de la “XXXI Mostra de Valencia: Festival de cine de acción y aventura”. L’affaire Farewell se alzó con el premio de la crítica, mientras que la gran ganadora fue la película de Sheng Ding, Little big soldier (producida, escrita y protagonizada por Jackie Chan), que obtuvo la Palmera de Oro –otorgada en base a la votación del público-, dotada además de un modesto premio en metálico de 40.000 euros.

Tuve la oportunidad de asistir a la presentación de la película, que sucedió el viernes, último día del festival. Nada más poner un pie dentro de la sala podía palparse la expectación que había producido este film, ya que por primera vez en la reproducción de una película de sección oficial el aforo llenaba la mitad de la sala, cifras que ni tan siquiera aproximaron tridente De Niro-Norton-Jovovich con la aborrecible Stone.

Queda patente en todo momento la importancia de la figura de Jackie Chan en el gigante asiático –alcanzando casi un carácter mesiánico-, al hilo de las palabras de todos y cada uno de los participantes en esta cinta. Sheng Ding disculpó la ausencia de su gran estrella, debido a un rodaje en Shangai.

Little Big Soldier, ambientada en un Japón ancestral en permanente estado de guerra por las rivalidades de los distintos señores de la guerra, trata de un viejo soldado (Jackie Chan) que tras sobrevivir a una atroz batalla hace prisionero al general enemigo (Lee-Hom Wang) para cobrar una recompensa que le permita retirarse a vivir del campo.

A raíz de ahí, se desarrollarán mil y un incidentes que pondrán a prueba la obtención de dicho premio, ahondando en la especial relación del viejo soldado con el general, que recuerda por momentos a la historia de amistad de Dersu Uzala de Kurosawa.

7 razones por las que ver Little Big Soldier

1. Una joya visual. El apartado técnico y los preciosistas escenarios repletos de vida alegran la vista del más escéptico, adentrándonos por completo en un viaje lleno de contrastes.

2. Gran interpretación de Jackie Chan. Y es que, probablemente estemos ante la película que más se le ha visto actuar a este astro de las artes marciales. El guión, escrito por él mismo, le otorga un personaje pacifista y en armonía con la naturaleza, acorde con el confucianismo y el culto a los antepasados. Personaje que el célebre actor interpreta magistralmente para la sorpresa de todos los asistentes. Y es que en Little Big Soldier presenciamos el doctorado de Jackie Chan como actor. Un Jackie Chan maduro y reflexivo que rompe con el estereotipo formado durante todos estos años.

3. Aventura. Si algo caracteriza a esta película es su ritmo endiablado que no desiste en ningún momento. A lo largo de su hora y media se suceden un torbellino de acontecimientos a cada cual más esperpéntico que hará las delicias de los fans de este género.

4. Drama/Comedia. Ambos géneros se entremezclan magistralmente en esta cinta. Como no podía ser de otra manera, la interpretación de Mr. Chan deja para el recuerdo unas situaciones de lo más hilarante que nos hará ocasionará más de una sonrisa en momentos culminantes del film, siendo tal tratamiento ante las situaciones dramáticas uno de los puntos fuertes y seña de identidad de esta película.

5. Relación amistad. Como ya hemos avanzado, la relación entre los dos personajes protagonistas supone el eje principal de la película. Las enormes diferencias socioculturales entre ellos y la desconfianza del uno hacia el otro pronto darán paso a un especial vínculo más allá del prisionero-centinela.

6. Mensaje. Sin incurrir en un exceso de moralina, la película trata con maestría problemas tales como la violencia y la ambición del ser humano, al tiempo que nos envuelve en primigenias doctrinas filosóficas chinas.

7. Premio Palmera de Oro. Por si todavía te resistes, puedes confiar en el criterio hegemónico del público del festival. Sin duda toda una garantía de la calidad de esta película.

No, no es Gladiator

Con esto ponemos punto y final a la que ha sido la primera edición del festival de cine de acción y aventura. Un festival que ha dado un paso de gigante en su camino de labrarse un nombre en el panorama cinematográfico europeo. No obstante, el precio a pagar no ha sido pequeño. La Mostra de Valencia es hoy por hoy un festival sin alma. De la sección oficial, pocas películas podrían considerarse verdaderamente de acción y aventuras, dando la impresión de haber utilizado este género como cajón de sastre donde incluir todo tipo de cine para abarcar el mayor número posible de películas dentro de concurso.

Su futuro es hoy por hoy incierto. Si aspira a convertirse en el tercer festival de España –muy posible atendiendo a las políticas mediáticas de esta ciudad- le queda un arduo proceso de consolidación. Sitges ya lo ha logrado con su especialización en cine fantástico, ¿Se encamina la Mostra hacia el mismo destino?

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