PARA ‘LOSERS’ DE 29 A 39 AÑOS – ‘MEMORIAS DE UN HOMBRE EN PIJAMA’, de Carlos FerFer

MEMORIAS DE UN HOMBRE EN PIJAMA (2018) de Carlos FerFer 

Toda película tiene una clasificación por edades. Mayores de 13 años, mayores de 18, etc. Luego quizás recordéis los juegos de mesa (¿se siguen vendiendo juegos de mesa?), donde algunos incluían la clasificación “de 9 a 99 años” (siempre he imaginado llegar a los 100 años de vida y retar las leyes de los fabricantes de juegos). Bueno, pues Memorias de un hombre en pijama tiene un defecto que es a la vez su virtud: el público de la película es de los 30 a los 40 años. Trabajo en la industria musical y un compañero y amigo de profesión decía que Bruce Springsteen no tenía sentido fuera de USA, que alguien de Madrid no podría conectar con las letras sobre los obreros de Nueva Jersey, pero a pesar de ello nos gusta. Eso no quiere decir que un joven de 22 años no disfrute la película ni se ría, pero seguramente no conectará tan bien como lo hará alguien de 32 como yo.

Querer trabajar desde casa, desencuentros sentimentales, los problemas cuando comienzas a convivir con alguien (por favor, identificado 100 % con el problema del papel higiénico hacia adentro), los amigos que comienzan a tener hijos, etc. Son situaciones de las que trata la película y que vivimos cuando nos convertimos en adultos (antes de los 30 me consideraba un chaval, creo que ahora puedo decir que soy un adulto ya -inmaduro, pero adulto-).

El guión, adaptación del premiado cómic homónimo de Paco Roca (el cual no he leído, aunque me consta que es una adaptación bastante fiel), no os cambiará la vida ni os hará reflexionar en la profundidad del universo, pero es que el cine es ante todo entretenimiento, y de eso se trata aquí: disfrutar algo más de una hora sin mayores pretensiones. Y en eso el guión cumple con creces. Pero además hay ciertos detalles que pueden llevarnos a la reflexión en cómo tratamos a nuestras parejas y relaciones y reaccionamos ante su vida, una vida diferente a la nuestra. Reflexionemos sobre los celos sin sentido, sobre nuestro ego. Se resume perfectamente en el final de la película.

La animación es buena y en consonancia con el estilo de dibujo del cómic, y los actores cumplen doblando y en el caso de Raúl Arévalo y María Castro, también en su interpretación en imagen real en el prólogo y epílogo. Y para mi sorpresa, no-fan declarado de Love of Lesbian, reconozco que su música encaja a la perfección en la banda sonora, los dos temas nuevos son excepcionales, y salí del cine buscando la banda en Spotify. Sin duda una banda sonora para la generación a la que se dirige el filme. 

Sé que por mi situación personal, edad, trabajo, relaciones, las islas Cíes, que haya un personaje anecdótico llamado Aitor (no he sonsacado a la guionista Diana López si ese tío gordo, rubio, con gafas y friki de los cómics es un guiño a su pesado amigo), y que parte del equipo de la película sea conocido, Memorias de un hombre en pijama me ha entrado por los ojos. Pero tranquilo, si eres un joven trajeado de 18 años que no ha vivido nada de lo que le ocurre a Paco, seguramente te reirás también.

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