FAHRENHEIT 1948 – ‘THE GREAT BOOK ROBBERY’, de Benny Brunner

The great book robbery (2012) de Benny BrunnerTHE GREAT BOOK ROBBERY (2012) de Benny Brunner

El expolio de buena parte del patrimonio cultural de una comunidad a manos de un nuevo Estado que fagocita el territorio de dicha comunidad y fuerza a sus componentes al exilio supone una cuestión mucho más compleja que el baile de unos fondos documentales entre Salamanca y Barcelona. De lo que aquí se habla es de una acción sistemática y masiva que se inscribe dentro de un verdadero proceso de genocidio, el que desde 1948 perpetra el improvisado Estado de Israel, con sus poderosos lobbies y aliados detrás, con los habitantes de los territorios en los que se decidieron asentar (entrando como un elefante en una cacharrería) con la complicidad de la comunidad internacional al respecto.

The great book robbery (2012) de Benny BrunnerUn genocidio, claro está, que tiene su aplicación en el terreno de lo cultural, del patrimonio intelectual colectivo, de la memoria. Con un estilo simple y directo, el israelí Benny Brunner nos relata, en primera instancia, cómo los poderes israelíes se fueron apropiando progresivamente del patrimonio bibliográfico del pueblo palestino, no sólo de las bibliotecas de Jerusalén Oeste sino también de colecciones particulares, en el marco del éxodo palestino, mayormente forzoso, de los territorios ocupados. Y en segunda instancia, cómo el ya consolidado Estado israelí pone trabas y más trabas no ya a la restitución de dicho patrimonio (principalmente recogido en la Biblioteca Nacional de Israel) a su legítimos dueños, sino a su mera consulta y estudio.

Una biblioteca “nacional”, de un Estado-nación improvisado, que se nutre de memoria ajena, despojada a otros, un expolio todavía más sangrante del que se esconde tras las ilustres colecciones del Louvre o el British Museum. A lo Nick Broomfield, los obstáculos e impedimentos al proceso de investigación y elaboración del documental se inscriben a la perfección en el propio discurso del mismo.

The great book robbery (2012) de Benny BrunnerTodo proceso de genocidio y apropiación sistemática de un territorio ocupado tiene entre sus pasos a seguir un despojo de la identidad y la memoria colectivas de quienes habitaron dicho territorio, antes de la llegada del invasor y a lo largo de buena parte de la historia, a fin de que su sentimiento de grupo, de comunidad, se disuelva en el discurso “etnográfico” y sociocultural oficial del nuevo Estado. Un nuevo Estado que, por otra parte, con sus permanentes trabas dificulta el sentido de pertenencia al mismo de aquellos que no podrían nunca comulgar con dicho discurso oficial, impidiendo así el desarrollo de un espacio diverso e inclusivo en el que quepan todos, sin niveles de ciudadanía, evitando así conflictos que, dada la coyuntura real y actual, difícilmente verán su fin a largo plazo.

The great book robbery (2012) de Benny BrunnerA diferencia de la distopía imaginada por Ray Bradbury e ilustrada por François Truffaut, los libros no han sido quemados a 451 ºF, sino que otros se los han apropiado, disolviendo en su ilegítimo patrimonio bibliográfico la memoria colectiva de una comunidad entera, y los siguen reteniendo cuando esta la reclama. Esos fondos se encuentran catalogados bajo la etiqueta de Propiedad Abandonada, un supino eufemismo para lo que no puede ser sino considerado como “propiedad robada”.

Imagino que no hará falta explicar ni discurrir los motivos por los que un documento tan sincero y valiente no haya tenido mayor difusión desde su estreno. Afortunadamente, Al Jazeera lo ha entendido como “patrimonio universal” y como tal nos lo deja disponible en YouTube, con libre acceso y sin restricciones.

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