CONTIGO SÍ, BICHO - 'X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO', de Bryan Singer

X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO – X-Men: Days of future past (2014) de Bryan Singer

Después del buen sabor de boca que dejó X-Men: Primera generación, dirigida por Matthew Vaughn (el mismo a cargo de esa joya de ultraviolencia pop que es Kick-Ass), ahora es Bryan Singer quien vuelve al universo de los mutantes con la misión de no desentonar con su predecesor. ¿Resultado? El señor Singer, capaz de lo mejor (Sospechosos habituales) y lo peor (Superman returns), salva en esta ocasión la papeleta con notable éxito ofreciendo un espectáculo frenético y cargado de un humor autorreferencial que hará las delicias de los fans de la saga.

Si a uno le dijeran que próximamente va a estrenarse una película con un reparto que incluye a Hugh Jackman, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence, James McAvoy, Ian McKellen, Halle Berry y Peter Dinklage, lo más seguro es que piense que se trata de una película diseñada para arrasar en los Oscar. He hecho cuentas y entre todo el reparto suman tres Oscars (de nueve nominaciones), siete Globos de Oro (de 20 nominaciones), dos BAFTA (de 14 nominaciones) y tres Emmys (de 16 nominaciones). Lo que se llama un plantel de lujo. Y es que parece que todo Hollywood suspira por subirse al carro de las películas de superhéroes, especialmente desde que Cristopher Nolan subiera el listón con su trilogía de Batman. ¿Qué se esconde detrás de este fenómeno? ¿Es sólo el gigantesco cheque que los actores reciben por su participación en esta clase de películas o hay algo más?

Hay algo más. Al igual que hubo un boom de las películas de extraterrestres en la época de la amenaza comunista en los Estados Unidos (el enemigo que viene de fuera), los superhéroes se multiplican en el cine cuando la sociedad más duda de la moralidad de quienes los gobiernan. Y ésta que vivimos es, sin duda, una época de incertidumbre moral y la requetedicha crisis.

Y así nos llega X-Men: Días del futuro pasado, que es, además, un alegato en favor de la igualdad (de sexo, racial, religiosa, etc.). Los mutantes siempre han tenido ese mensaje implícito, el de la sociedad que margina a los que son diferentes por considerarlos una amenaza. Lo cual no impide que el foco principal de la película recaiga en las suculentas escenas de acción, que en esta ocasión van a poner a la platea de pie. Se le pide espectacularidad y eso es lo que ofrece. Es puro entretenimiento, gozoso hasta la saciedad, perfecto en su concatenación de setpieces de acción. Y los actores, que son conscientes de ello, que saben que el público ha pagado por verles dar patadas y mover objetos con la mente, parecen disfrutar como niños. Especial mención para Peter Dinklage (que este año, si mi intuición no me falla, repetirá Emmy por Juego de tronos) y Jennifer Lawrence, otra que parece que todo lo hace bien.

Que nadie me venga con que no le gustan las películas de superhéroes. Tampoco te gustan las de terror y te encanta El resplandor. Las comedias románticas te echan para atrás pero, admítelo, te emocionaste un poquito con Love actually. Los westerns no, gracias, pero aplaudías Django desencadenado con las orejas. Los musicales son para la gente fina de Broadway, pero los días de lluvia, cuando nadie mira, reproduces los pasos de baile de Cantando bajo la lluvia. No te gustan las películas de superhéroes pero te gustará X-Men: Días del futuro pasado.

Ficha técnica