"COMEDIA + TIEMPO = TRAGEDIA" - CÓMO CONOCÍ A VUESTRA MADRE

Cómo conocí a vuestra madrePermitidme la licencia con el título de esta entrada, pero después de acabar de ver la octava y penúltima temporada de Cómo conocí a vuestra madre no he podido evitar el juego de palabras al darle la vuelta a la célebre cita de Alan Alda en Delitos y faltas: “comedia es tragedia más tiempo”. Si la frase original hace referencia al tono cómico que puede adquirir hasta el más terrible de los dramas fuera de contexto, con suficiente perspectiva histórica, este título constata el hartazgo y posterior abandono de la audiencia cuando una comedia se estira más de la cuenta. Hay que saber dar carpetazo. Hasta Aquiles sabía que “todo es más hermoso cuando hay un final”.

Y aunque este hecho es extensible a cualquier obra de ficción que, no dando más de sí, se prodigue en exceso, la comedia de situación es un género especialmente sensible, puesto que su formato funciona mejor en pequeñas dosis: episodios de 30 minutos, poca cantidad de sets, un número limitado de personajes, etc. ¿Es que acaso las reglas no están para romperlas? Sin duda, pero si pretendemos reinventar la rueda o, peor, nos pasamos de vueltas, los síntomas de agotamiento no tardan en aparecen. Si no que se lo digan al libertino Hank Moody que, lejos de seguir la máxima del rock n’ roll de “morir joven dejando un bonito cadáver”, pretende seguir con sus correrías por el camino de la incorrección política en progresión geométrica y con más pena que gloria. Ni siquiera Sheldon Cooper es infalible.

Cómo conocí a vuestra madreCómo conocí a vuestra madre, la serie que recogió el testigo de Friends heredando gran parte de sus fórmulas y clichés pero sin renunciar a una identidad propia, lleva ya ocho años en antena. Exactamente los mismos que llevamos nosotros preguntándonos quién es esa madre de la que habla el título. Título que, por largo y ridículo que pueda resultar en un primer momento, ejemplifica a la perfección el concepto de mcguffin. El punto de partida, la promesa del encuentro del protagonista, Ted Mosby, con su futura y desconocida esposa, no ha sido hasta la fecha más que un pretexto para contar las vivencias de un grupo de amigos en Nueva York. En todo este tiempo ha habido cabida para muchas cosas: desde la apología de la perenne soltería hasta la rendición al amor verdadero, de la búsqueda de un hijo a la búsqueda de un padre, desde referencias a Oscar Wilde y Woody Allen a homenajes a La guerra de las galaxias o guiños al monstruo del lago Ness, del brunch al laser tag, de estrellas adolescentes del pop canadiense a esquivas calabazas putillas... Un sinfín de momentos y situaciones donde algunos personajes y tramas han avanzado considerablemente y otros (especialmente en lo que a triángulos amorosos se refiere) sólo se han movido en círculos, tropezando una y otra vez con la misma piedra. Y, como eterna excusa, la esperanza de que esta sucesión de eventos conduzca, en mayor o menor medida, a la llegada de una misteriosa mujer que, al igual que el propio Ted, nunca llegamos a conocer... ¡hasta ahora!

Ocho años han tenido que pasar para poder poner rostro a un personaje omnipresente que siempre había permanecido en la sombra, siendo como es una pieza fundamental del puzzle. Y, por si fuera poco, a esta gran revelación se suma el anuncio, por parte de los guionistas, de que la próxima (y última) temporada cambiarán las reglas del juego impuestas hasta la fecha al condensar toda la acción restante del relato en un solo fin de semana: un soplo de aire fresco que llega justo a tiempo, antes de acabar la historia. Desde luego, si algo han conseguido es que la serie vuelva al radar de todos aquellos espectadores que la fueron abandonando por el camino.

2 comentarios en «"COMEDIA + TIEMPO = TRAGEDIA" - CÓMO CONOCÍ A VUESTRA MADRE»

  1. A mí me sigue pareciendo, sin dudar y sin que me duela decirlo, que los guionistas de HIMYM se han reído un poco del público que fielmente le seguíamos. Se han tirado una temporada entera sin centrarse para nada en la problemática de Ted y en el verdadero sentido de la serie - el que éste encuentre a su mujer -, nos han vendido la moto de la boda entre Barney y Robin haciendo que el personaje "estrella" en vez de estrella se convierta en estrellado y, a su vez, toda la trama concerniente a Marshall y Lilly y su marcha a Italia.

    Yo creo que se han perdido. O se han perdido o se vieron de pronto con que tenían la "suerte" de poder rodar una novena temporada y decidieron olvidarse de Ted y centrarse en el resto de la historia, algo que realmente me parece estúpido. Además de que, como ya he dicho, lo han gestionado realmente mal. Me hace pensar que no se han ido planteando la serie al dedillo durante todo su desarrollo y finalmente han tenido que hacerle un remiendo que no les ha quedado demasiado bien.

    Por otra parte me "duelen" un poco las comparativas con The Big Bang Theory, que es una serie magnífica. Obviamente no todos los capítulos son igual de buenos, pero sí tienen algunos que para mi gusto son la guinda del pastel y los que han conseguido que TBBT se consoliden como la serie que es a día de hoy. Quiero seguir creyendo que nos seguirán sorprendiendo como hasta ahora y espero que el producto no se caduque antes de la fecha que ellos tengan pensando para terminarla. Creo que Sheldon y cía aún tienen mucho que desarrollarse como personajes y espero, o quiero esperar, que sean como un buen vino 🙂

  2. Querido/a Sr. / Sra. N. :

    Las opiniones, compartidas o no, son siempre respetables. Sobre todo si están tan bien argumentadas como la suya.

    Coincido en que los responsables de HIMYM han gestionado muchas cosas mal y de ahí viene el título de esta entrada. No defiendo sus errores, pero sí señalo sus aciertos. Y, por arriesgado y fresco, me parece interesante este lavado de cara que pretenden darle a la serie en su recta final.

    Y un pequeño matiz: yo no he dicho que TBBT no pueda dar más de sí; claro que puede (y debe). Sólo recuerdo que ni el mismísimo Sheldon Cooper, el asperger más entrañable de la televisión, conoce la fórmula cuántica de la inmortalidad catódica. Y, profundizando en la aritmética del título, no sería descabellado afirmar que "cuando la duración de una serie tiende a infinito; la calidad de la misma probablemente tenderá a cero".

    Espero que sigamos compartiendo impresiones.
    ¡Saludos!

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