DIARIO DE LOS KENNEDY (I): LA SOMBRA DEL PADRE… Y DEL HERMANO

THE KENNEDYS: Episodios 1 y 2 (miniseries premiere)

Comenzamos el análisis entrega por entrega de esta miniserie, estrenada el pasado domingo en Reelz después de que The History Channel la acabase rechazando por una fuerte polémica iniciada por un grupo de expertos en la materia. Finalmente, su emisión, a la que restan otras 6 partes, se extenderá durante toda esta semana, hasta el próximo domingo (día del episodio doble que cerrará el relato). Sin duda, estamos ante el plato más fuerte de este abril de series. Antes de nada, no esperéis un monográfico exclusivo sobre la vida y el legado de JFK. Como el título bien indica, se trata de un mosaico sobre la familia Kennedy al completo. De hecho, ese supuesta denigración del presidente católico, el mediano de la familia, puede intepretarse cuando menos como un recurso, radical pero eficaz, para restarle protagonismo y repartirlo a partes desiguales con el resto de miembros del clan: padre, madre, hermanos, esposa, cuñada y lo que quede por venir, así como otros esperados “adyacentes”.

Puede que esta doble primera entrega se centre sobre todo en John Fitzgerald (Jack para los amigos, a partir de ahora), en su ascenso y su campaña hacia la Casa Blanca, llena de (dramatizadas) lagunas relativamente desconocidas para la mayoría de la audiencia. Pero éste juega más bien el papel de sujeto pasivo (una posición que de momento no ha permitido a Greg Kinnear dar lo mejor de sí), de casi-marioneta, en la que se centran todos los esfuerzos de esta estirpe abonada a la política... y a la tragedia. El auténtico núcleo organizador del relato se ubica en la figura del padre, el empresario, político y diplomático Joseph Kennedy Sr. (un enorme Tom Wilkinson). En ese mismo orden de cosas, la trágica muerte del primogénito, Joe Jr. (la primera de una larga serie de desdichas), funciona como el catalizador de los acontecimientos, el evento que ha reconfigurado y revolucionado el destino de todos los personajes.

Todavía es muy pronto para advertir esa visión republicana y conservadora del clan que sus detractores llevan clamando desde que el proyecto se empezó a gestar. La figura de JFK se desprestigia y frivoliza, especialmente en el plano personal, y la actitud del auténtico motor del relato, el patriarca, parece responder justo a lo contrario, es decir, a una crítica política y sobre todo ética a la familia Kennedy, pero más bien desde el otro lado, atacando su hipocresía propagandística en relación a la realidad de sus intimidades. En lo aquellos sí llevan toda razón, de momento, es en la poca prioridad que los creadores han otorgado a la fidelidad y exactitud historiográfica, haciendo de la licencia dramática, en ocasiones desmedida, su mecanismo favorito. Pero al haberse caído ya el producto de The History Channel, el debate debe cambiar de rumbo.

Un punto a destacar es la disposición, al más puro estilo Mad Men, de una esfera masculina y otra femenina, que pese a parecer subordinada a la primera en apariencia, en la realidad (de la ficción) va cobrando una importancia, silenciosa pero fundamental, en el devenir de los hechos, progresivamente creciente a medida que avanza el relato. Tal cual la vida misma.

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De la familia a la política

Como ya he mencionado, Papá Kennedy es el indiscutible epicentro de esta primera entrega, controlando ambas esferas, por activa y por pasiva. Este hombre cumple todos los tópicos habitualmente achacados al estadounidense arribista: aislacionista, trepa, cómplice/complaciente con los avances del nazismo, fariseo (pérfido para con Roosevelt y Truman). Podemos imaginarlo como la facción más republicana del bando demócrata, una condición que parece llevar sólo en la chapa.

Su actitud viperina le impidió aspirar siquiera a su pretensión de ocupar el despacho oval, por lo que enseguida pone la máquina en marcha para que sus hijos cumplan el sueño que él no pudo tener. Su claro favorito para tal fin, el mayor y predilecto, muere en combate, mientras defendía unos ideales para los que creía más útil luchar desde un avión que desde un despacho. Así que al segundón, Jack, a la postre, aunque de manera efímera, el más destacado de la familia, le toca pasar a la primera línea, mientras que al pequeño, Bobby1 no sólo le toca el rol de segundón durante la campaña, que parece aceptar con gusto, sino que se ve obligado a permanecer en él cuando el objetivo de su padre se ha cumplido. Destacar a un notable Barry Pepper, que demuestra que puede brillar sin necesidad de un personaje que sea coherente con su rostro de acero.

Con todo, el rol de Bobby, y de su media naranja, Ethel, parece el único reducto de cordura y buen hacer que quedará en la serie a la postre. De hecho, ella supone la única instancia (discreta, de momento, debido a su escasa presencia) de mujer moderna, su Peggy Olson particular. Una actitud entera y moral en la que Rosie Kennedy, la “reina madre”, tiene (y tendrá) mucho que ver. Las predilecciones de las madres en las familias dedicadas a la política acaban resultando decisivas, y en esto el benjamín sale ganando. Aunque finalmente terminase, como todos sabemos, intentando concurrir de nuevo a lo que fue la gran aspiración de su padre, y el triunfo interrumpido de su hermano.

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De religión y adulterio

Al igual que en Mad Men, las mujeres se guardan su particular rincón de fuerza en un mundo de hombres, donde pueden ejercer su gran poder pero desde la sombra, fuera de los libros, y para ilustrarlo remito, en primer lugar, a la predilección materna recogida en el párrafo anterior. Pero donde los personajes femeninos, esa minoría silenciosamente poderosa, dan más que hablar, es en estos dos aspectos que dan título a este epígrafe.

La condición católica de los Kennedy, así como su ascendencia irlandesa, constituían grandes impedimentos en la carrera de Jack hacia la Casa Blanca, obstáculos que parecían insalvables (recordemos que JFK ha sido el primer y hasta ahora único presidente católico). Pero lo curioso es que esa barrera se nos representa como una absurda pantomima, puesto que la única que parece profesar una auténtica fe es Mamá Kennedy, mientras que en el patriarca por la familia, no sólo funciona como una mera máscara, sino que incluso llega a revertirse, en momentos de máxima tensión, hacia un amago de “herejía”. He aquí una de esas razones por las que no termino de entender esa lectura conservadora que muchos se empeñan en ver.

Pero la mayor infracción de esa conducta religiosa se encuentra en el Sexto Mandamiento, punto que recoge el mayor fariseísmo de esta estirpe tan ejemplar a ojos de su país. Jackie Kennedy, la “novia de América” (el esfuerzo de Katie Holmes se agradece pero no es suficiente), no es más que una Betty Draper de nivel 2, una cornuda consentidora, una completa vendida a los tejemanejes de su maquiavélico suegro. Y es que al contrario que Don Draper, Jack Kennedy no sólo sí tiene familia, sino que no sería absolutamente nada sin ella. Eso sí, cuando llega el momento de convertirse en la Primera Dama, del referente para todas las mujeres de la nación, se llena de carácter y dice basta. Ya no por su marido, el Presidente, por ella misma, por su propio orgullo y su imagen pública, en el centro del huracán, máxime siendo la consorte de un máximo mandatorio non grato en muchos sectores con poder. Con poco basta comprobar que Mamá Kennedy no es sino la proyección envejecida de la ingenua y frustrada Jackie. O cómo hacer del olvido y del silencio na virtud para mantener las apariencias, el único reducto de dignidad que resta al final del día.

Web oficial de la serie


1La miniserie ha obviado/omitido por ahora a Ted, benjamín de la familia y último superviviente, también dedicado ulteriormente a la política.

4 comentarios en «DIARIO DE LOS KENNEDY (I): LA SOMBRA DEL PADRE… Y DEL HERMANO»

  1. EL PERSONAJE QUE REPRESENTA A JOHON F. KENNEDY, EN LA SERIE NO ME AGRADÓ, KENNEDY FUE MUY CARISMÁTICO Y EL ACTOR EN LA SERIE CASI NUNCA SONRIE. SON MENTIRAS EXAGERADAS LO QUE PRESENTAN EN ESTA SERIE.

    1. En los biopics, las mentiras y las exageraciones son al mismo tiempo dramatizaciones, necesarias hasta cierto punto. Sinceramente, las protestas contra esta miniserie me han parecido exageradas y no han hecho más que darle publicidad gratuita. Esa supuesta aureola conservadora es demasiado rebuscada, y la imagen de la familia era demasiado impoluta. Ahora que salen retratos más incómodos, los admiradores de Kennedy sacan los dientes. Sobre todo es impresionante la recreación de Joe Kennedy padre, cínico, despótico y viperino como él solo.

  2. Hay un capítulo donde se sucita una gala en La Casa Blanca, y en dicha un recital de piano: ¿Cuál es el nombre de la pieza?

    1. Hola, tocayo. Pues no me acuerdo exactamente del capítulo y la escena. Si me lo especificas, puedo buscar la canción en un momento.

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