EL AMOR NO ENTIENDE DE RECETAS – ‘BON APPÉTIT’, de David Pinillos

BON APPÉTIT (2010) de David Pinillos

En un período en el que a los jóvenes guionistas les cuesta hablar del amor, Pinillos muestra en su primer largometraje que enamorarse, sea cual sea el resultado final, es una experiencia que dota de sentido a la vida. En el caso de Bon Appétit la respuesta al “te quiero” de Dani, el protagonista, es un “me gustaría pero no puedo” que explica la imprevisibilidad de las pasiones y la amarga pero intensa emoción del amor no correspondido.

Pero, ¿qué hace tan especial a Bon appétit si cuenta una historia que ha sido explorada tantas veces en el pasado? La respuesta se encuentra en el modo en el que realizador segoviano desenvuelve la acción a través de los intensos diálogos cargados de verdad, el frío entorno en el que respiran las cálidas emociones y, especialmente, en el otro gran protagonista de la película: los fogones de un lujoso restaurante de Zurich. La gastronomía, poco frecuente en el ámbito cinematográfico, en su camino por convertirse en otra rama del arte, dota de de autenticididad a la película de Pinillos. La vida de Dani da un giro cuando le contratan en la prestigioso restaurante. No obstante, las razones de este cambio no se deben solo al éxito profesional, sino también a que encuentra el ingrediente que le falta a su vida: Hanna, de la que se enamora desde que la ve. Con esta premisa, los momentos más decisivos entre Hanna y Dani se desarrollan mientras degustan o preparan platos y, especialmente, en torno a una copa de Ribera del Duero.

La pareja protagonista, Daniel y Hanna, son el chef y la sommelier de prestigioso restaurante Wackerle, de Zurich

La sinceridad que ofrece David Pinillos en su ópera prima se debe a la química que surge entre los jóvenes protagonistas durante los nueve meses en los que se desarrolla la acción. En este período viven experiencias que marcan su camino hacia la madurez en un entorno situado en tres ciudades de distintos países (Zurich, Bilbao y Múnich) que hace que en la historia se respire el “espíritu Erasmus” que, en palabras del director, “ha impregnado nuestra generación”. Bon appétit, sin pecar de un exceso de moralismo, nos presenta a dos personajes orientados en direcciones opuestas: Dani, al no conseguir que Hanna se enamore de él, se vuelve un cobarde y su carácter da un giro: se protege de los demás adoptando la misma actitud que su mayor enemigo, Thomas, su jefe y el amante que ha abandonado a Hanna. Su polo opuesto es su gran amigo, el cocinero Hugo, que sabe que la verdadera felicidad no la encontrará en el éxito profesional y deja su trabajo cuando las exigencias de su jefe implican convertirse en quién no es. Así, en el año clave de sus vidas Hanna y Dani (ayudado por su amigo Hugo) descubren que el único modo de ser felices es buscando el camino hasta “encontrar su sitio”.

Con este mensaje y gracias a la complicidad de las dos grandes interpretaciones de Unax Ugalde y Nora Tschirner y a una magnífica banda sonora que orienta a la perfección el tono y el ritmo del filme, la historia mil veces contada se convierte en una película con vida propia.

Título: Bon Appétit

Título original: Bon Appétit

Dirección: David Pinillos

País: España, Alemania y Suiza

Duración: 190 min.

Género: Romance. Drama

Reparto: Unax Ugalde, Nora Tschirner, Guilio Berruti (Hugo), Herbert Knaup (Thomas).

Guión: David Pinillos, Juan Carlos Rubio y Paco Cabezas

Música: Marcel Vaid

Fotografía: Aitor Mantxola

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