ARRANCA LA BERLINALE 2011

CRÓNICA DE LA 61ª EDICIÓN DEL FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE BERLÍN

Por Gonzalo Suárez López

La 61ª Berlinale acaba de dar el pistoletazo de salida con la proyección fuera de concurso de Valor de ley, nominada a nada menos que diez premios Oscar. La última película de los hermanos Coen será uno de los poquísimos acontecimientos glamourosos de una edición marcada, principalmente, por las ausencias.

En primer lugar, la del director iraní Jafar Panahi, condenado a 6 años de cárcel y 20 de inmovilidad y silencio por el régimen al que estaba caracterizando en su última película antes de ser detenido. En señal de solidaridad, el festival ha decidido reservar el asiento que le correspondía como invitado a formar parte del jurado.

Isabella Rosellini, presidenta del grupo de jueces, tampoco tendrá la posibilidad de salirse por la tangente y repartir galardones inexplicables como hizo su homólogo Quentin Tarantino en Venecia (y unos años antes en Cannes). Ante un elenco de candidatos en el que destaca (por decir algo) Béla Tarr, simplemente no hay cabida para la opción de barrer para casa a través de favoritismos o influencias de un nombre con caché. El programa del festival de Cannes, por consiguiente, se prevé mucho más jugoso.

Volviendo a la competición de la Berlinale, el director húngaro, en boga últimamente debido a la notable repercusión de una carta firmada conjuntamente con los mejores compañeros de profesión de su país en protesta contra la política gubernamental a la hora de gestionar la financiación pública al cine, presentará The Turin Horse. Su rival de mayor renombre a priori será el también iraní Asghar Farhadi, quien tras ganar el premio al mejor director en 2009 por A propósito de Elly llega a la capital germana con Nader and Simin, A Separation. Un galardón a cualquiera de los dos desataría probablemente un arrebato reivindicativo tan imperioso como obligadamente secundario en este tipo de acontecimientos.

Por su parte, el papel de Latinoamérica en la competición oficial no es nada desdeñable a la hora de hacer las quinielas personales: tras el éxito cosechado por María llena eres de gracia en 2004, el californiano Joshua Marston presenta The Forgiveness of Blood; Rodrigo Moreno, ganador a su vez del Alfred Bauer con su primera obra El custodio, regresa a Berlín con Un mundo misterioso; y, por último, de México llega el primer largometraje de Paula Markovitch, titulado El premio.

Las otras dos óperas primas en concurso son la estadounidense Margin Call, escrita y dirigida por el desconocido JC Chandor y protagonizada por los conocidísimos Kevin Spacey, Jeremy Irons, Demi Moore y Paul Bettany, y el esperado debut de Ralph Fiennes tras las cámaras: Coriolanus. Sus opciones al Oso de oro parecen menores a pesar de las expectativas tras el descalabro de la producción estadounidense el año pasado y el reconocimiento que ya concedieron a una celebridad de Hollywood como Roman Polanski por The Ghost Writer.

La representación anglófona la completan Yelling To The Sky, dirigida por la actriz estadounidense Victoria Mahoney, y The Future, de Miranda July, coproducida con Alemania. El país germano también tiene otras coproducciones candidatas a las que no hay que perder ojo: V Subbotu (Innocent Saturday), coproducción con Rusia y Ucrania sobre el desastre de Chernóbil dirigida por Alexander Mindadze; Our Grand Despair, del turco Seyfi Teoman, y, sobre todo, Schlafkrankheit (Sleeping Sickness), de Ulrich Köhler, y Wer wenn nicht wir (If Not Us, Who), de Andres Veiel.

Completan la lista de candidatas al máximo galardón la cinta de animación francesa Les contes de la nuit, de Michel Ocelot; la israelí Odem (Lipstikka), dirigida por Jonathan Sagall, sobre el tema del Holocausto, y Come Rain Come Shine, del coreano Lee Yoon-ki.

La comedia, tanto en la competición oficial como en las secciones paralelas (Forum, Panorama…) brilla por su ausencia. Posiblemente, lo más ligero que los festivaleros podrán apreciar durante los diez días de certamen es el ansiado documental en 3D sobre la bailarina Pina Bausch dirigido por Wim Wenders o algunas proyecciones especiales, entre las que destaca (por lo que nos toca a nosotros) la de la inesperada entrevista-documental Escuchando al juez Garzón, de Isabel Coixet.

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