EL BACKSTAGE DE LA GUERRA – ‘BILLY LYNN’, de Ang Lee

Billy Lynn (2016) de Ang LeeBILLY LYNN – Billy Lynn’s long halftime walk (2016) de Ang Lee

El regreso al hogar de los soldados destinados en misión de guerra ha dado pie a numerosas películas y con diversos enfoques, aunque en la mayoría de los casos con un claro mensaje antibelicista. El soldado que retorna a la patria sólo para darse cuenta de que, en realidad, nunca volvió sino que su mente quedó atrapada en ______ (inserte aquí la guerra de su gusto). Ang Lee, un director taiwanés que entiende mejor los Estados Unidos que la mayoría de estadounidenses, se suma a este particular subgénero adaptando una novela de Ben Fountain que narra el tour de dos semanas de una condecorada brigada del ejército antes de regresar a Irak.

Y Ang Lee, que es uno de los más listos de la clase, sabe que no puede ofrecer más de lo mismo, que de él se esperan grandes cosas, que esos dos Oscar como mejor director hay que justificarlos. ¿El resultado? Un magnífico retrato de la sociedad americana, que primero convierte a sus héroes en actores de circo y después los desecha tan pronto les ha colgado una medalla del cuello.

Rodada en alta definición y a 120 fotogramas por segundo, Billy Lynn no pretende espectacularizar la guerra, apenas mostrada en breves flashbacks, sino que tiene como objetivo mostrar la grandilocuencia de la maquinaria propagandística estadounidense. Es decir, no el horror de allá (Irak) sino el otro, el que se oculta a la vuelta tras las banderas, los fuegos artificiales y, en este caso, las Destiny's Child.

Billy Lynn (2016) de Ang LeeNo siempre es redonda y en ocasiones se echa en falta que el director de Brokeback Mountain y La vida de Pi se aleje de la impostura y afile un poco más las garras, pero afortunadamente el material habla por sí mismo. La imagen de los soldados en pie sobre el escenario mientras Beyoncé y compañía realizan sus números musicales y coreografías resulta tremendamente perturbadora y esclarecedora. Por otro lado, personajes como el de Kristen Stewart quedan algo desaprovechados, y es una lástima porque la actriz ha dado un salto de calidad difícilmente predecible hasta hace poco, pero incluso esto tiene una justificación posible: ella es la única que quiere que Billy vuelva a casa, una voz insignificante que nunca podrá hacerse oír por encima del ruido mediático y los cañones de purpurina.

Puede que estemos ante la obra más infravalorada del director, o al menos la más divisiva. Y es que de los alumnos aventajados siempre se esperan grandes cosas, especialmente con dos Oscar a sus espaldas. Pero cabe recordar que, en ocasiones, una fracción de la peor obra de un maestro es superior a la mejor obra de cualquier artista mediocre. Y Billy Lynn no es el mejor Ang Lee, pero es buenísimo.

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