CINEUROPA 2015: LA CRÓNICA (III)

Im Keller

(aquí disponibles las entregas anteriores sobre el festival)

Alcanzado el ecuador del festival, entregado ya el premio a Miguel Gomes y a punto de recibir Arturo Ripstein el mismo reconocimiento, estos últimos días han contado con proyecciones muy variopintas entre sí. He aquí las más destacadas.

IM KELLER (2014) de Ulrich Seidl: Austrian horror story.

Como si el estremecedor relato del monstruo de Amstetten no estuviese aún relativamente reciente, no sólo en Austria sino en toda Europa, el cineasta Ulrich Seidl (trilogía Paraíso) se atreve a tener la ocurrencia de recopilar las aficiones y prácticas más bizarras y estrambóticas de los sótanos de su país (nunca el término “bajos fondos” tuvo una aplicación tan literal en todas sus connotaciones), con las vergüenzas de la Historia europea incluidas, para ofrecernos un producto que baila desde lo inicialmente inquietante de su propuesta (en lo semántico y en lo estético) hasta lo ulteriormente desternillante que resulta en cuanto se acepta el juego cómplice y voyeur que nos propone. Un documental que abraza y fagocita las mejores formas de la comedia negra, a base de mostrar a plena desnudez y con total naturalidad material que podría nutrir perfectamente todo tipo de pesadillas.

Ficha técnica

Eisenstein in Guanajuato

EISENSTEIN IN GUANAJUATO (2015) de Peter Greenaway: excentricidad al cuadrado (o cubo).

Un autor tan juguetón con las imágenes y gustoso de regodearse en su barroquismo visual como Peter Greenaway encuentra en un episodio vital del no menos excéntrico (a su manera y en su momento) Sergei Eisenstein su particular vellocino de oro para dar rienda suelta a su marcado estilo. La odisea del cineasta soviético, uno de los padres por antonomasia del lenguaje cinematográfico, en su infructuoso y delirante periplo por el México de Frida y Diego Rivera no se le queda muy a la zaga a la anárquica, perturbadora y quimérica pesadilla que supuso el rodaje de Apocalypse now, ni mucho menos a las vueltas en círculo ad eternum de Orson Welles o Terry Gilliam en sus desventuras quijotescas, por hacernos una idea.

Centrando buena parte del relato en el poco conocido episodio de su homosexualidad y tardía pérdida de virginidad, con la figura clave de su guía, mentor, amigo y finalmente amante Palomino Cañedo, Greenaway deja de lado cualquier reminiscencia a biopic al uso y a las formas asimiladas y digeridas del tributo fílmico para tejer esta dantesca y circense tragicomedia, la cual, pese al demencial cóctel del que se origina, logra llegar a buen término sin agotar ni saturar, y cambiándonos para siempre la percepción del maestro soviético.

Ficha técnica

Langosta

LANGOSTA – The lobster (2015) de Yorgos Lanthimos: distopía en la era del Tinder.

Recientemente la agridulce Her nos advertía de hasta qué punto podían sucumbir las relaciones humanas a la tecnología. Ahora el director de Canino, en su debut en la producción internacional, se aleja por completo de la ternura de aquella pero toma su subtextual desasosiego y lo lleva a su máximo exponente, a un escenario no muy lejano en el que la búsqueda de pareja y el miedo a la soledad se encuentran con el homo homini lupus más literal y descarnado, en una  línea si cabe más visceral (en lo moral) que ¡Danzad, danzad, malditos!, Battle Royale o Los juegos del hambre. El desencanto sentimental contemporáneo se deriva, con inmediatez y sin anestesia, en la lectura más oscura posible de Darwin, en la que los inadaptados son reducidos a la forma animal. Progresivamente perturbadora, in crescendo, sin necesidad de grandes artificios ni grandilocuencia para transmitir su  inquietante mensaje (sí en cambio un oportuno y agradecido guiño a La jetée), encuentra su perfecto protagonista en un pétreo e impasible Colin Farrell, y la horma de su zapato en un final cobardemente abierto que escapa de decantar y definir su discurso.

Ficha técnica

Une histoire de fou

UNA HISTORIA DE LOCOS – Une histoire de fou (2015) de Robert Guédiguian: terrorismo, de lo particular a lo universal.

Uno de los roles del cine es el de testigo de su tiempo, o bien cronista de un tiempo pasado con déficit representativo en su propia historia. La cinematografía europea sigue estando en deuda con el genocidio armenio, y sobre todo, con sus secuelas y conflictos subsiguientes, que coletean a día de hoy. El francés Robert Guédiguian parte de sus orígenes armenios y se sirve del relato real del periodista español José Antonio Gurriarán, herido en un atentado del Ejército Secreto para la Liberación de Armenia en Madrid, el cual traslada a París (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia) para construir una fábula a tres bandas, que tiene en la versión ficcionalizada de Gurriarán el núcleo de su discurso y a la postre la virtud de este mismo, que parte de un contexto espaciotemporal muy concreto para tejer una visión con vocación universal sobre el terrorismo, sus raíces, sus peligros y sus inevitables derroteros, perdiendo el norte de su propia causa y carcomiéndose hacia dentro. Desde luego no lo justifica ni le realiza concesión alguna, pero refuta la postura contraria, igualmente maniquea e irreflexiva, de condenarlo sin más, sin ahondar en las causas de su nacimiento e indagar en las posibles y factibles soluciones. Pena que el cineasta se recree excesivamente en la nostalgia de la tierra de su padre en un epílogo un tanto innecesario que evita un conjunto más redondo.

Ficha técnica

Virgin Mountain

VIRGIN MOUNTAIN – Fúsi (2015) de Dagur Kári: bullying y aislamiento más allá del instituto.

Esta aparente réplica nórdica a Virgen a los 40 llega avalada por el premio al Mejor Actor en la reciente Seminci vallisoletana, para un Gunnar Jónsson cuyo orondo e imponente físico y cuya pétrea y atolondrada expresión facial bastan para sostener casi por sí solo el metraje de esta propuesta, que realmente de comedia, como la de Apatow, tiene más bien poco. Hay incomprensión, hay ridículo, hay sufrimiento en silencio, pero se encuentran al servicio de la empatía y la ternura con el protagonista, un niño grande (y tanto), todo corazón, pero que ha llegado tarde a la vida en muchos aspectos. El “nunca es tarde” es la forma que aquí toma el particular viaje del héroe, que en dicha trayectoria heroica se queda a medio camino, de manera intencional, pero que, por otro lado, tampoco termina de completar la trama redentora para la réplica del personaje principal, definida con altibajos y claroscuros muy a correr, lo que redunda en giros de guión demasiado abruptos y que arrojan a su vez un discurso demasiado ambiguo e indefinido. Queda esta película, eso sí, como ilustración de que las historias de inadaptados y aislados, bullying de por medio, no son patrimonio exclusivo del cine de adolescentes. Y qué mejor que la cinematografía nórdica, fría por fuera y pasiva-agresiva por dentro, para representar este desasosiego en la vida adulta.

Ficha técnica

La loi du marche

LA LOI DU MARCHÉ (2015) de Stéphane Brizé: la pesadilla de Marx.

De Cannes con el premio al Mejor Actor bajo el brazo viene este drama de corte casi vérité, que tiene mucho más que ofrecernos que la enorme interpretación de Vincent Lindon. Con dos fases bien diferenciadas pero con una transición bastante desapercibida entre ambas, sin grandes altibajos más que el propio fluir natural de una historia que, por desgracia, nos sonará bastante familiar a todos, Brizé construye una discreta e implícita pero a la par sincera y desgarradora fábula sobre la condición humana a la hora de hacer frente a sus necesidades, a sus emergencias. O el desempleo de larga duración como situación capaz de dejar los valores humanos en un segundo plano, recluidos, así como la incapacidad y cobardía para salir al rescate de aquellos que lo pasan aún peor que uno mismo, que estaban en el mismo barco hasta hace dos días. No se puede evitar por tanto apreciar la referencia orwelliana subyacente en las cámaras de seguridad del hipermercado en el que consigue trabajo el protagonista. El obrero minado moralmente por el propio sistema que lo explota y machaca, la pesadilla de Marx.

Ficha técnica

 

Mención especial: no le he dedicado a Lío en Broadway un epígrafe aparte porque ya hace más de tres meses que se estrenó en salas, pero tenía que hablar de ella en alguna parte para hacer justicia ante la ola de críticas negativas que le han llovido. Bodganovich llevará mucho tiempo alejado de la ficción pero demuestra un gran dominio de los ritmos de la comedia de enredos y logra un producto muy eficaz en su cometido, digno del Woody Allen al que emula.

 

Lo mejor de Cineuropa 2015 (por el momento):

1. Victoria, de Sebastian Schipper
2. Im Keller, de Ulrich Seidl
3. Una historia de locos, de Robert Guédiguian
4. Langosta, de Yorgos Lanthimos
5. Le nouveau, de Rudi Rosenberg
6. Cop car, de Jon Watts
7. Lío en Broadway, de Peter Bogdanovich
8. La loi du marché, de Stéphane Brizé
9. Eisenstein in Guanajuato, de Peter Greenaway
10. El club, de Pablo Larraín

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