KOSHER Y UN FUERTE OLOR A PRISIÓN - ORANGE IS THE NEW BLACK

Orange is the new black - Season 3 promoORANGE IS THE NEW BLACK – 3ª TEMPORADA

A lo largo de los años las series de televisión han ayudado a confeccionar un abanico de familias de lo más dispares: modernas (Modern family), mafiosas (Los Soprano), fúnebres (A dos metros bajo tierra), políticas (House of cards), codiciosas (Juego de tronos), amarillas (Los Simpson), azules (Los pitufos), con alien (Alf), con perro (Padre de familia), con conejo de peluche (Infelices para siempre), porretas (Weeds), legales (The good wife), ilegales (Breaking bad), disfuncionales (Shameless), aristocráticas (Downton Abbey), trans-gresoras (Transparent) y un largo etcétera. Y ahora, desde hace ya tres temporadas y con la alegría de quien acoge a un nuevo miembro, damos la bienvenida en esta lista a una nueva familia, heterogénea, convicta, desoladora, escandalosa, superviviente, extraña, conmovedora, poseedora de diferentes etnias, religiones y sexualidades: la familia Litchfield.

Orange is the new black 3x13: Trust no bitchLa tercera temporada de Orange is the new black ha girado más que nunca en torno al tema familiar, haciendo especial ahínco en la maternidad. Aunque uno puede fácilmente imaginarse que en la serie de Netflix las relaciones materno-filiales tienen más de Carrie que de Mamma mia. Madres e hijas han sido protagonistas de la gran mayoría de los flashbacks, que en esta ocasión han prestado atención a personajes poco explorados hasta el momento (Norma, Chang, Caputo) y a otros que pedían a gritos más minutos en pantalla (Boo y Doggett, estrellas indiscutibles de esta temporada). El elenco crece tanto que ya debe contar con tantos personajes regulares como Juego de tronos, con la diferencia de que aquella los reparte en siete reinos mientras que ésta los hacina a todos en una prisión.

Orange is the new black 3x07: Tongue-tiedLas reclusas son tantas y tan variadas que es inevitable que algunas de las tramas hayan resultado más débiles en comparación (incluso irrisorias, como la incursión en la literatura erótica de Suzanne “Crazy Eyes” Warren o el negocio de bragas usadas de Piper, por poner dos ejemplos), pero sigue resultando deslumbrante el equilibrio que esta serie sabe encontrar, repartiendo minutos con sabiduría y acierto. No todas las historias resultan igual de fascinantes, ni todos los personajes poseen el mismo atractivo, pero es normal, es comprensible, sucede en las mejores familias. Familia. La de Dayanara, que espera su bebé mientras Aleida trata de venderlo al mejor postor y el padre en funciones desaparece del mapa. La de Sofía, que ve cómo su hijo empieza a cambiar bajo la influencia del de Gloria. La familia ultracatólica de Cindy, verdadero motivo por el que ésta decide convertirse al judaísmo (no era el kosher). La de Boo, empeñada en esconder su verdadera identidad detrás de vestiditos de niña. La madre de Nicky, proveedora indirecta de la droga que destroza a su hija. La de Caputo, que le dura lo que dura una gira musical. La de Morello, que puede por fin cumplir su sueño de vestirse de blanco, aunque sea un blanco presidiario: uniforme y velo.

Orange is the new black 3x11: We can be heroesNo ha sido la mejor temporada de OITNB, puede incluso que haya sido la peor, pero sigue siendo un triunfo narrativo extraordinario. Por poner un paralelismo deportivo, es como ganar tres partidos seguidos, los dos primeros por goleada y el tercero por un resultado más modesto aunque con una victoria cómoda al fin y al cabo. Lo importante para evitar el desgaste de una serie tan ambiciosa es que no pierda el toque, que sea capaz de conservar aquellos rasgos que la hacen especial, única. Orange los encuentra en escenas puntuales pero fenomenales, como la que cierra la temporada y que es un prodigio de redención y libertad, una verdadera maravilla de empatía con las reclusas.

¿Y ahora qué? La temporada deja más cabos sueltos de lo que nos tiene acostumbrados y queda en el aire el futuro de algunos personajes (Alex, Sofía, Bennet, la hija de Daya), así que tendremos que esperar otro año para saber qué nos depara un Litchfield al que, además, llega toda una horda de nuevas prisioneras, más peligrosas, menos cordiales y, sospecho, con pocas ganas de confraternizar. Tampoco Piper es ya el inocente corderito que era cuando llegó. Veremos. De momento, con buen sabor (a kosher) en la boca y un fuerte olor a bragas de presidiaria, nos vamos de libertad condicional. Volveremos para seguir cumpliendo condena en la cuarta temporada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

RSS
Suscríbete por correo
Instagram