LA BAQUETA, CON SANGRE ENTRA – ‘WHIPLASH’, de Damien Chazelle

Whiplash (2014) de Damien ChazelleWHIPLASH (2014) de Damien Chazelle

Es difícil encontrar en el cine una película que resulte al mismo tiempo tan satisfactoria, estimulante y vibrante como Whiplash, donde todas las piezas parecen encajar con la precisión de una banda de jazz bien afinada y sintonizada. Damien Chazelle adapta su propio cortometraje de 2013 y, a diferencia de lo que a menudo sucede en casos similares, el salto al largometraje no resta un ápice de intensidad a la historia original. Muy al contrario, la idea gana en fuerza y no hay un solo minuto de metraje que permita al espectador bajar la guardia. De un plumazo, Whiplash se las apaña para colocar a Chazelle como el director a seguir, a Miles Teller como uno de los actores más talentosos de su generación y prácticamente le entrega en bandeja a J. K. Simmons un muy merecido Oscar.

Whiplash (2014) de Damien ChazelleLa historia se centra en un joven batería (Teller) que es reclutado por un despiadado profesor de música (Simmons) para la banda de jazz de su conservatorio. Lo que en un principio se presenta como un sueño hecho realidad, pronto se revela como una pesadilla que puede acabar costándole al joven músico su integridad física y mental. Simmons y Teller ofrecen una batalla actoral soberbia como maestro y pupilo, captan a la perfección la intensidad que el guión exige y la plasman en pantalla haciendo pasar al espectador un (delicioso) mal trago.

El jazz no es para todo el mundo, como se encarga de recordarnos la película, pero Whiplash sí lo es, porque su historia trasciende a un género musical o a la música misma. La cuestión sobre la que orbita la obra es la de cómo se forjan las leyendas y la de la conveniencia o no de cruzar algunas barreras para alcanzar la cima. Chazelle se posiciona al respecto relativamente al presentar al personaje de Simmons como el villano de la función, pero tiene la inteligencia de sembrar la duda, de dejar que las conclusiones las saque el espectador.

Whiplash, con un montaje extraordinario y un sentido del ritmo vigoroso, es un viaje oscuro, tenso y afilado por la mente del artista y la desaparición de las barreras morales en el camino al estrellato. Una película que necesita poco para ofrecer mucho. Una pequeña joya que se revela enorme.

Ficha técnica

Un comentario en «LA BAQUETA, CON SANGRE ENTRA – ‘WHIPLASH’, de Damien Chazelle»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

RSS
Suscríbete por correo
Instagram