LAS VOCES SIN ROSTRO - 'A 20 PASOS DE LA FAMA', de Morgan Neville

A 20 pasos de la fama (2013) de Morgan NevilleA 20 PASOS DE LA FAMA – 20 feet from stardom (2013) de Morgan Neville

Sabemos que están ahí. Las oímos. Nos gustan. Suelen ser tres, por lo general de origen afroamericano. Sus voces no son sólo un bonito adorno. Mejoran a los intérpretes principales, los engrandecen. Sin ellas, muchas de las canciones que nos ponen los pelos de punta nos resultarían mucho más insulsas, más descafeinadas. Peores. Ellas son las background singers o coristas. Mujeres que pocas veces cruzan la línea del anonimato. Suena Gimme shelter, y mientras Mick Jagger acapara los focos, una tal Merry Clayton se desgañita cantando el estribillo (''Rape, murder, it's just a shot away!'') con la fuerza de un tornado. ¿Pero quién es Merry Clayton? ¿Quién es Darlene Love? ¿Y Lisa Fischer, Táta Vega, Judith Hill?

A 20 pasos de la fama es un documental dedicado a todas esas mujeres condenadas a contonearse a un lado del escenario mientras el artista principal, ya sea Bruce Springsteen o David Bowie, se lleva todo el crédito. Mujeres con un talento descomunal, verdaderas artistas, fuerzas de la naturaleza, que no han tenido la oportunidad de dar ese último paso, el que separa el anonimato de la fama. Cantantes dotadas de una voz superlativa que en un alto porcentaje se han visto reducidas a entonar "uuu"-s y "lalala"-s. O como decía Lou Reed en Walk on the wild side, en una clara referencia a esas background singers: "and the colored girls go doo do doo do doo do doo".

A 20 pasos de la fama (2013) de Morgan NevilleCuando el documental de Morgan Neville ganó el Oscar, superando en las votaciones a toda una obra maestra del género como es The act of killing, Darlene Love subió al escenario en representación de todas las coristas de las que habla la película, y aprovechó la ocasión para hacer lo que mejor sabe: cantar. Exactamente treinta segundos le sirvieron para poner en pie, con una sonrisa de oreja a oreja, primero a un exultante Bill Murray, después a un atónito Chiwetel Ejiofor y finalmente a toda la platea. Una ovación que sabe a reconocimiento tardío a un oficio sin el cual toda esa música que nos fascina sería menos fascinante y menos música.

No existen muchas películas capaces de variar nuestra percepción sobre el mundo que nos rodea. A 20 pasos de la fama lo consigue, en un ámbito además, el musical, en el que existen tantos gustos y opiniones como grupos hay en el mundo. La próxima vez que escuches una canción que te emocione, que te conmueva o que te haga saltar como un poseso presa de la adrenalina, piensa en las coristas. Escúchalas. Busca sus nombres en Internet. Porque esas voces, que a menudo entonan las melodías que después el público reproduce en los conciertos, no están creadas por ningún ordenador mágico. Provienen de artistas de carne y hueso a las que debemos algunas de las mejores cosas que han pasado en la historia de la música reciente y, por consiguiente, del mundo.

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