GLOBOS DE ORO 2014: LA CRÓNICA
LA HFPA ABRAZA SUS CLICHÉS DE SIEMPRE
Un año más, la Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood (HFPA) ha definido el panorama a esperar en las próximas semanas de entregas de premios una tras otra, con un escrutinio con el que se reafirman de nuevo en sus tendencias más predecibles y cansinas (sobre todo en lo que respecta a la televisión) y una gala que, si bien no perdió fluidez y gracias a lo largo de la velada, seguirá haciéndonos echar de menos esas tres grandiosas ediciones consecutivas presentadas por Ricky Gervais. A partir de esta madrugada han quedado definidas las dos grandes favoritas al Oscar: 12 años de esclavitud y La gran estafa americana, que llegará a las carteleras españolas el próximo 31 de enero.
Cine: sin sorpresas en una edición generalmente reñida
No había favoritísimos en la mayoría de las categorías pero tampoco se dieron lo que podríamos llamar sorpresones. El absurdo criterio de separación entre Drama y Comedia/Musical hace que no valga la pena siquiera hablar de ellos por separado, pues en cada apartado la mayoría serán competidores directos en los Oscar. El reconocimiento a 12 años de esclavitud se hizo de rogar, pues su única estatuilla fue la final, la más importante, mientras que la que se puede describir como la triunfadora de la noche, La gran estafa americana, se llevó, además de la Mejor Película de su bloque (Comedia/Musical), el premio a sus intérpretes femeninas, una Amy Adams (Protagonista) que recibe por fin un premio a su gran progresión (con varias nominaciones infructuosas a los grandes premios desde 2006, aunque casi siempre como secundaria), y una fulgurante Jennifer Lawrence (Secundaria), confirmada como actriz de moda (ganándolo todo el pasado año por El lado bueno de las cosas y rompiendo la taquilla con la saga Los juegos del hambre) a la par que nueva musa de David O. Russell, que demuestra una vez más ser un gran director de actores, aunque sigue todavía sin premio, ya sea como director o como guionista.
El premio a la dirección siguió más el corazón y fue a parar al mexicano Alfonso Cuarón por su impresionante, osado, arriesgado y logrado trabajo en Gravity, recordemos, mejor película de 2013 según nuestros redactores y colaboradores, donde se atrevió a jugar a ser Kubrick o Tarkovsky sin quemarse por el camino ni ahogarse en las aguas turbias de la más que incierta industria. Para Spike Jonze fue el premio al Mejor Guión, por Her, favorita a priori que se quedó en segundo plano. El que no estuvo nominado pero sí presente (no físicamente sino “de espíritu”) fue el veterano e incansable Woody Allen, al que, además de ser el depositario del premio honorífico Cecil B. de Mille (que recogió Diane Keaton en su lugar), se le notó su huella en el premio a Cate Blanchett por su soberbio trabajo en Blue Jasmine, el personaje más intenso y desasosegante de Allen en muchos años.
En cuanto a los actores, Dallas Buyers Club vio premiados a sus dos actores candidatos, Jared Leto (Secundario y claro favorito), en su regreso al cine tras varios años dedicados a su banda 30 Second to Mars, y Matthew McConaughey, en el pico de su particular progresión personal que, con perseverancia y buenas elecciones, lo ha sacado de la mediocridad, pues ya se le vieron apuntar maneras en en Magic Mike y Killer Joe (y que protagoniza la nueva serie de HBO, True detective, estrenada ayer). Por su parte, Leonardo DiCaprio se impuso al favorito en su apartado, Bruce Dern, y enfila directamente al Oscar, que se le lleva resistiendo varios años, desde que el destino lo cruzó con Martin Scorsese, convirtiéndose así en uno de los mejores actores del momento. A Marty (hasta entonces un olvidado de los Oscar) ya le cayó el premio en 2007... quizás sea ahora el turno de Leo.
El "efecto Mandela" no fue tan intenso como para valerle el triunfo a Idris Elba (o en su defecto, a Chiwetel Ejiofor) pero sí se dejó notar en el premio a la Mejor Canción, que recibió U2 por 'Ordinary love', tema compuesto para el biopic del mandatario sudafricano. Bono, amigo personal de 'Madiba', no se cortó en elogios al Nobel de la Paz, fallecido en diciembre. La mayor sorpresa vino en la categoría de Mejor Banda Sonora Original, que fue a parar a Alex Ebert, miembro de Edward Sharpe & The Magnetic Zeros y prácticamente debutante en música para cine, por Cuando todo está perdido, imponiéndose contra todo pronóstico a veteranos como John Williams o Hans Zimmer o al más favorito Steven Price (Gravity). En cuanto al apartado más anecdótico para el público estadounidense, el de Mejor Película de Habla No Inglesa, La gran belleza le ganó otra partida a La vida de Adèle. Sorrentino suma y sigue y se confirma, por si quedaban dudas, como uno de los cineastas más interesantes del momento, lo que algunos ya vislumbrábamos cuando nos fascinó con Il divo allá por 2008. Frozen se llevó la estatuilla de la animación, como estaba previsto.
Televisión: recompensas y adicciones a lo nuevo
Un año más y de manera más obvia que nunca, la HFPA volvió a incurrir en sus redundantes y sistemáticos clichés a la hora de otorgar los premios televisivos. Obviamente, esto no debe desmerecer a los premiados, sobre todo un Breaking bad y un Bryan Cranston que se estrenan por fin en estos galardones en su última oportunidad, tras su adiós y tras y haber puesto de acuerdo a crítica y público en la grandeza de su última temporada. Pero en cambio, no se completó la terna con Aaron Paul, derrotado ante el veterano Jon Voight (Ray Donovan): vemos que aquí se cumplen tanto la tendencia a premiar series nuevas como a aquellos actores consagrados en cine que se pasan a la televisión, máxime cuando se trata de alguien con tamaña trayectoria como el padre de Angelina Jolie. House of cards tuvo también su presencia con la estatuilla a Robin Wright, mientras que Amy Poehler, copresentadora de la gala por segundo año consecutivo y nominada sin premio en las dos pasadas ediciones, vio finalmente recompensada su paciencia... sería cruel dejar a la presentadora sin premio dos años seguidos, y además, también le iba tocando ya... ¿a por el Emmy ahora?
Lo que rompió todos los pronósticos y demostró la tendencia obsesiva-compulsiva de la HFPA en premiar series nuevas aunque sea con calzador fue la victoria de la sitcom de Fox Brooklyn Nine-Nine, así como de su protagonista, Andy Samberg. Se ve que el huracán Girls ya se le ha pasado a la prensa extranjera, que parece tener una memoria como el de Memento para ciertos asuntos. En cuanto a los formatos cortos, la cantadísima estatuilla para la sobrevalorada Behind the candelabra y para el enorme Michael Douglas, puede que la mejor interpretación de todo 2013, si bien recordó que hace unos años, allá cuando estaba trabajando Traffic (también de Soderbergh, curiosamente) ni siquiera conocía a Liberace. Completó el cuadro de honor una Elisabeth Moss que no se esperaba ganar por su papel en la miniserie Top of the lake tras años quedando compuesta y sin novio tanto aquí como en los Emmy, al igual que todos sus compañeros de Mad Men (salvo un Globo de Oro para Jon Hamm en la primera temporada, es decir, nada para el nivel de valor y calidad de esa serie).
Woody Allen: genio y figura hasta la sepultura
La gala se desarrolló con fluidez y buen humor, pero los que hemos vivido unos premios presentados por Ricky Gervais, todo lo demás nos sabrá a poco, ni siquiera Seth McFarlane. Lo más destacado de la noche fue la entrega del premio honorífico Cecil B. de Mille, reconocimiento a toda una carrera, al excelente e incombustible Woody Allen, quien, fiel a su tradición, no acudió personalmente a recibir el reconocimiento y el sonoro y cálido aplauso. Recordemos que no estuvo presente en ninguno de los cuatro Oscars que ganó, porque cuadran en domingo y para él su banda de jazz es sagrada. Fue su expareja y primera gran musa, Diane Keaton, quien se personó en el escenario, con un atuendo andrógino, para dedicarle unas palabras a su amigo y referente. Tras un emotivo montaje que repasaba su extensa filmografía (sale prácticamente a película por año desde que empezó con Lily, la tigresa allá por 1966... echen la cuenta), la cual sigue ampliando año tras año, con Magic in the moonlight en fase de posproducción y Blue Jasmine recogiendo los frutos sembrados, como ya hemos visto, Keaton cerró su intervención con estos versos:
9 de 25, poco más de un tercio del total. Algunas categorías reñidas, las liadas pardas de la HFPA en televisión y mi tendencia kamikaze a la hora de emitir ciertos pronósticos pueden ser las causas de un resultado tan pobre como irrelevante.
Críticas publicadas: 12 años de esclavitud, Behind the candelabra, La gran belleza.
Series comentadas: Breaking bad
Temporada de premios
Asociación de Críticos de Chicago
Asociación de Críticos de Los Angeles
Círculo de Críticos de Nueva York
Critics' Choice (nominaciones)
Independent Spirit (nominaciones)
Sindicato de Actores (nominaciones)
Sindicato de Directores (nominaciones)
Sindicato de Guionistas (nominaciones)
Sindicato de Productores (nominaciones)
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