WOJCIECH KILAR: BSO de ‘DRÁCULA DE BRAM STOKER’ (1992) de Francis Ford Coppola

En el día de ayer, no había excusa para no saber que se trataba del 165º aniversario del nacimiento de Bram Stoker, autor de la que probablemente sea la novela más popular de todos los tiempos, a la par que uno de los personajes de ficción más universales, homenajeados, revisados, parodiados y sobreexplotados de la historia (e iniciador de un celebérrimo subgénero literario y audiovisual): el Conde Drácula. Y digo que no había excusa porque Google nos lo recordó con su enésimo Doodle, más simplón que otras veces pero igualmente llamativo y eficaz. En esta casa nos hemos sumado también al carro del homenaje y hemos dedicado al escritor y su criatura todas las secciones breves de la web (Carteles, Fotogramas y, finalmente, Banda Sonora, la que nos ocupa).

Cientos, miles de películas y versiones del mito y figura, repito, han visto la luz (nunca mejor dicho) desde que Murnau aterrorizó al mundo y creó una obra maestra de referencia con su Nosferatu de 1927, adaptación no autorizada de la novela por la que tuvo no pocos litigios con la viuda de Stoker. Y con un Max Schreck de aspecto vampírico terroríficamente natural que llegó inspirar una leyenda que se acabó convirtiendo en una película sobre otra película, La sombra del vampiro, con Willem Dafoe desdoblándose como Schreck. Desde Bela Lugosi, el primer Drácula oficial del sonoro, dirigido por el maestro del horror clásico, Tod Browning; pasando por Christopher Lee, con nuestro ultraprolífico maestro de la serie Z, Jess Franco, en la dirección; los cuelgues del también español, hiperactivo, factotum y low cost, Paul Naschy; el desequilibrado Klaus Kinski en la reinvención del clásico de Murnau a manos de Werner Herzog; hasta versiones de puro pitorreo con Leslie Nielsen o incluso Chiquito de la Calzada. Para dar y tomar, el chicle que se estira hasta la extenuación pero nunca caduca (aunque sí puede indigestar, mucho).

Pero desde luego, quien más se esforzó en ser fiel a la novela (con el título como declaración de intenciones) fue Francis Ford Coppola en 1992, logrando un clásico del horror romántico moderno gracias, sobre todo, a un soberbio Gary Oldman, y a la inquietante e intensa música del polaco Wojciech Kilar, sinónimo desde entonces de envolvente sonora ideal y eficaz para cualquier ambientación de terror que se precie. Seguramente Coppola explorase hasta las raíces y buscase el espíritu innato de la Europa del Este profunda en todos los aspectos de la película, pues recordemos que el texto original y el personaje se basan en la leyenda de Vlad III de Valaquia (no Transilvania, paraje adyacente elegido por el autor para situar el relato), alias El Empalador, por la poca ortodoxa pena de muerte que aplicaba a sus enemigos derrotados (como podemos ver en la secuencia inicial, al principio de este artículo).

Un comentario en «WOJCIECH KILAR: BSO de ‘DRÁCULA DE BRAM STOKER’ (1992) de Francis Ford Coppola»

  1. Nada como el libro. En general me parece que la historia de Drácula es maravillosa es uno de los clásicos de la literatura, sin embargo hay muchas versiones que para bien o para mal han logrado atraer la atención del público, cada una con sus puntos a favor y en contra, al final del día es cuestión de ser tolerante y quedarte con la versión que más te guste.

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