LA DIVINIDAD FRENTE A LA HUMANIDAD – ‘DE DIOSES Y HOMBRES’, de Xavier Beauvois
DE DIOSES Y HOMBRES - Des hommes et des dieux (2010) de Xavier Beauvois
El espectador que acude al cine a ver De dioses y hombres debe saber que no va a encontrar una película trepidante y amena; quien vaya a ver esta película tiene ir con la actitud que requiere el filme, de observación y meditación. No obstante, si se entra en la sala siendo consciente del contenido que se va a proyectar, el espectador se sentirá emocionado y sobrecogido por el retrato de un grupo de monjes que se convierten en verdaderos héroes al lograr sobreponerse a sus impulsos más primarios para evitar traicionar su razón de ser.
El director francés reconstruye los hechos ocurridos en 1996, cuando un grupo de terrorismo integrista atacó a los habitantes de Argelia. Estos atentados afectaron a una comunidad de monjes franceses que convivían aislados en su monasterio con lo justo para vivir y ayudando de manera desinteresada a toda la comunidad de musulmanes que rodeaban su hogar. Sin embargo, De dioses y hombres, no pretende ser un relato histórico y muestra los hechos tan sólo desde el punto de vista de los monjes, sin intención de lanzar una determinada reflexión política, sino para analizar hasta donde puede llegar el hombre cuando actúa dirigido por la fe y el amor, en este caso, el más profundo, el religioso.
El film tiene dos partes claramente diferenciadas. En la primera, Beauvois recrea la existencia de los hermanos en el monasterio. La arriesgada lentitud del ritmo durante estos primeros minutos ayuda a entender el universo propio de la comunidad religiosa y su pacífica vida basada en las labores diarias, en las oraciones y los ratos que pasan juntos en las comidas.
Cuando el espectador ya sigue el compás que marcan los sucesos cotidianos estalla el conflicto. Es en esta segunda parte cuando los monjes empiezan a dudar de sus elecciones vitales y la película nos revela su condición humana con sus instintos más primarios. El odio político y religioso alterará su existencia fraternal y el miedo será el gran enemigo al que tendrán que enfrentarse. Con el conflicto torturando a los protagonistas llegan los momentos más intensos de la película. Sin embargo, estas escenas son las más silenciosas: los monjes en sus labores diarias, sin palabras y sin quejas, padecen angustiados la tentación de escapar, de abandonar sus principios por salvar su vida. Gracias a la conciencia y al coraje superarán sus dudas y se situarán a la altura de los dioses logrando llegar puros a la otra vida, en la que tanta esperanza depositan los creyentes.
De dioses y hombres nos habla, ante todo, de la coherencia. En un primer nivel de la coherencia de los protagonistas con el camino que han elegido vivir. Por otra parte, a través de la absurda paradoja de la sociedad en la que unos asesinan en nombre de Dios mientras otros se sacrifican por él, pone de relieve, en un nivel más global, la incoherencia de los crímenes religiosos, al contrastarlo con la inquebrantable conducta de los monjes fieles al verdadero mensaje.
Una de las razones por las que esta película logra conmover es por el acertado reparto, esencial en este caso, ya que son las emociones interiores las que llevan la fuerza del relato.
Por último, la película termina como la historia real: con los asesinatos de los religiosos. Sin embargo, el director ha preferido no mostrarlos y en el último plano vemos como las siluetas de los monjes se pierden en la niebla. Este es final que merecen ya que se trata de un sacrificio que no está destinado a ser admirado, ellos renunciaron a sus vidas para conseguir la plenitud interior, que queda escondida de cara al público, olvidada tras el temporal.
FICHA DE LA PELÍCULA
Título: De dioses y hombres
Título original:Des hommes et des dieux
Dirección: Xavier Beauvois
Guión: Xavier Beauvois, Etienne Comar
País: Francia
Duración: 120 min.
Género: Drama. Religión.
Reparto: Lambert Wilson, Michael Lonsdale, Olivier Rabourdin, Jacques Herlin, Sabrina Ouazani, Goran Kostic, Philippe Laudenbach, Xavier Maly.
Música: Varios
Fotografía: Caroline Champetier
