RETORNO A HANSALA (2008) de Chus Gutiérrez

CUANDO EL VIAJE

ES SÓLO DE IDA


Como ya he señalado en más de una ocasión, una de las tendencias cinematográficas que ha irrumpido con mayor fuerza en las últimas fechas es la apuesta por productos audiovisuales que conjugan y concilian los códigos del documental y de la ficción, dando lugar a los llamados documentales de ficción.

Esta tipología de cine es deudora de los padres del Neorrealismo italiano. Así, los documentales de ficción contemporáneos comparten a menudo con el cine de los Rossellini, De Sica o Visconti el uso de un reparto coral repleto de actores no profesionales, rodajes en exteriores y localizaciones reales, presupuestos reducidos o, sobre todo, la aceptación de un particular y comprometido punto de vista crítico respecto a la realidad social o política que trata de reflejarse en pantalla.

En este sentido, el punto de vista que Chus Gutiérrez adopta en Retorno a Hansala es, a la postre, la principal virtud de una cinta valiente y necesaria, que arroja luz sobre una de las principales tragedias que afecta a nuestro país: el drama humano de centeneras de personas que pierden la vida tratando de cruzar el estrecho de Gibraltar en busca del sueño europeo, si es que ese concepto ha existido alguna vez.

Las víctimas que cada año se cobra la inmigración ilegal en nuestras costas son a menudo relegadas a la categoría de cifras y estadísticas en los medios de comunicación. Un número sin pasado, presente, ni, evidentemente, futuro. Así, la realizadora granadina emprende el viaje opuesto al de aquellos seres humanos que dejan atrás sus raíces en busca de una vida mejor. Un viaje que la llevará a Hansala, un pueblo situado en el Atlas Medio marroquí donde sus apenas 1.700 habitantes hacen buena la afirmación de Pedro Muñoz Seca de que la pobreza iguala las diferencias sociales.

A este pueblo sin electricidad, agua potable o servicios sanitarios llegará Martín (José Luis García Pérez), un encargado de funeraria dispuesto a hacer negocio a cualquier precio. Sin embargo, una vez allí comprobará de primera mano los motivos que llevan a seres humanos a arriesgarlo absolutamente todo, incluido su vida, por tratar de iniciar una nueva vida en Europa. Junto a él, Leila (Farah Hamed), hermana de una de las víctimas anónimas del estrecho que, tras lograr iniciar una nueva vida en España, volverá a un pueblo del que ya no sabe si forma parte.


Ficha técnica y artística

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